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Blog de los alumnos y alumnas de Lengua Castellana y Literatura de 1º de la ESO. Instituto Español "Giner de los Ríos" de Lisboa (Portugal)
Me tengo que poner ahora ya de una vez con la conjugación verbal en español. Mi corazón late fuerte porque esta lección no ha entrado aún en mí ¿Cómo pude dejarlo así? Vamos a aprender el verbo muy bien tiempo, modo, voz, he de saber Oh oh oh oh mamma mía, vamos a empezar por él, el Infinitivo Mamma mia, forma no personal también gerundio y participio; pero nunca olvides esto porque puede ser funesto los hay simples y compuestos, sí, sí Mamma mia, ahora ya lo sé: sí, sí, y nunca lo olvidaré. Y ahora continuaré porque me está gustando los verbos estudiar cantando y bailando Mi corazón está alegre porque esta lección está entrando con fuerza en mí | ¿Cómo pude dejarlo así? Y ahora llegan las formas personales con sus modos y sus tiempos verbales Oh oh oh oh mamma mía, no podemos parar: en el modo Indicativo mamma mia, vamos a encontrar sí, sí, cinco tiempos simples y otros cinco compuestos llamados también perfectos y llevan el verbo haber de auxiliar mamma mia, ahora ya lo sé, haber, y nunca lo olvidaré: subjuntivo, tres más tres hacen seis los hay simples y compuestos también. Mamma mia, ahora no es igual: con el modo imperativo ¡a cambiar! Mamma mia, qué solito está sí, sí, solos tú y vosotros ¡conjugad! Pues aquí terminamos, ya los verbos dominamos sí, sí, ya nos lo sabemos muy bien mamma mía, lo sabemos muy bien, sí, sí ¡y nunca voy a suspender! |
De "Ningún mensaje nuevo" Editorial Hiperión 2008
L. Sepúlveda entrevistado por J. Rivalta y F.Cross
...y por la selva se oía:
Simbólicamente la cultura indígena estará representada por un hombre blanco, Antonio José Bolívar, quien para poder sobrevivir en un medio tan hostil deberá aprender a vivir y a sentir como un indio shuar.
"Es que yo tuve la tremenda suerte de poder convivir, durante siete meses, con los indios shuar en la Amazonia ecuatoriana.
Fue una convivencia muy intensa que significó una completa transformación de mi concepción del mundo."
L. Sepúlveda entrevistado por J.Rivalta y F.Cross
Nacido en Chile en 1949, es uno de los escritores en lengua castellana más leídos y traducidos. Un viejo que leía novelas de amor ha sido traducida a casi veinte lenguas.
Los temas de sus libros surgen de sus numerosos viajes, motivados por razones políticas y por opciones personales. Sepúlveda es un buen contador de historias que reflejan la realidad del mundo en que vive y en las que la naturaleza toma un papel protagonista e indispensable.
Ha cultivado varios géneros literarios: poesía, relato ecologista, cuento infantil, novela policiaca, crónica de viajes, guiones para la radio, periodismo... Entre otros ha recibido el premio Gabriela Mistral de poesía (1976), el premio Rómulo Gallegos de novela (1978) y, con Un viejo que leía novelas de amor, el premio Tigre Juan (1989). Dos de sus obras, Un viejo que leía novelas de amor e Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar, han sido llevadas al cine.
Aquí puedes ampliar información sobre el autor y su obra.
Si me llamaras | Para vivir no quiero |
¡ Si me llamaras, si me llamaras! Lo dejaría todo, todo lo tiraría: los precios, los catálogos, el azul del océano en los mapas, los días y sus noches, los telegramas viejos y un amor. Tú, que no eres mi amor, ¡si me llamaras! Y aún espero tu voz: telescopios abajo, desde la estrella, por espejos, por túneles, por los años bisiestos puede venir. No sé por dónde. Desde el prodigio, siempre. Porque si tú me llamas «¡si me llamaras, sí, si me llamaras!» será desde un milagro, incógnito, sin verlo. Nunca desde los labios que te beso, nunca desde la voz que dice: «No te vayas». | Para vivir no quiero islas, palacios, torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres! Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazada de otra, hija siempre de algo. Te quiero pura, libre, irreductible: tú. Sé que cuando te llame entre todas las gentes del mundo, sólo tú serás tú. Y cuando me preguntes quién es el que te llama, el que te quiere suya, enterraré los nombres, los rótulos, la historia. Iré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y vuelto ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, te diré: «Yo te quiero, soy yo». |
En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.